domingo, 23 de marzo de 2014

El acomodado filósofo, Josep Ramoneda

nos viene con el reflujo de las naciones como reinecitos de un pasado rancio que habría que reconquistar, previendo una nueva confrontación, como la de las guerras de religión, y el acomodo de los rebaños y de sus menestrales al banderín de enganche de su príncipe, señor o amo bajo el principio del "cuius regio eius religio" (es decir, sometidos a la voluntad de su dueño territorial). "Hay que asumir, dice,  que Cataluña es una nación y España un Estado plurinacional", dice. Luego vendrá lo de asimétrico. Pero, él, la Chacón, EL PAÍS y el perdido PSC (y el PSOE rubalcabo-zapateril- ) insistirán en esta antigualla. Ignora este bardo con su beneficiado altavoz, que nadie puede poner la rancia excusa de las peculiares condiciones de su raza, tribu o territorio, para el ejercicio de la ciudadanía y de los derechos humanos, que cualquier persona que quiera libertad, igualdad y fraternidad, las supera limpiamente con el único criterio válido de convivencia que es el reconocimiento de la condición de ciudadanos, abierta a todos los hombres, dejando para las Fiestas Mayores y los Juegos Florales del pasado, los dilirios que entretienen a nuestros taifales...

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