Mientras caminábamos por la ciudad se nos acudían, reincidentes, las imágenes desgraciadas de un disparatado presidente del gobierno de infausta memoria y que los diablos confundan, en medio de un panorama social, económico y político desolado, entre la incredulidad y la arcada.
No olvidéis nunca a ZP para que sea imposible que España y ningún otro partido político pueda producir un monstruo psicopático larvado como él. Rajoy, ¿estás poniendo ya tus barbas a remojar?
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