del delito, la democracia ultimada por el golpe de Mas. Sin ese acto ilegal no podemos hacer nada. Aunque vayan desangrando a España con su democracia y acabándola pormenorizadamente, aunque destruyan la convivencia, incumplan las leyes con alevosía y reiteración, siembren el desconcierto y el miedo entre la ciudadanía desamparada, aunque hayan ido ocupando dolosamente, durante años, sitios estratégicos, secuestrada la libertad y atropellados los derechos de los ciudadanos, aunque hayan exhibido su rebeldía con ejércitos de secuaces fanáticos, medios de comunicación secuestrados con subvenciones o amenazas, se hayan ejercitado con estrategias de matonismo golpista, contando con sicarios de la extorsión, la calumnia, el desconcierto y la infección generalizada de la sociedad, aunque estén disponiendo ya el oficio de difuntos de la España Constitucional según una hoja de ruta diseñada y cumplida hasta el último detalle, aunque se prepare la fiesta del éxito del último golpe de gracia, nosotros no podemos actuar hasta que no quede vivo el último gusano de esta masacre. Sólo entonces, fehacientemente, podremos intervenir para evitarlo.
Je, je... Yo, como presidente de España que soy, con estas leyes y reglamentos, me luzco sin riesgo alguno y con mis perezosas manos. Que se hunda el mundo, pero yo aguanto. En mi dulce despacho.
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