lunes, 17 de marzo de 2014

Explorando la ciudad (Condal) para la




construcción de mapas e identificación de lugares estratégicos para la propagación y la acción política salí en la Estación del Norte,  hoy plaza amplia  que da acceso a la estación autobuses.

 A unos pasos,  he llegado al Arco de Triunfo
para hacer un periplo por el núcleo de la ciudad de Barcelona. El gran paseo hasta el parque está jalonado de monumentos y figuras notables. Bajando a la izquierda, en el Paseo de Luis Companys (¡en manos de quienes hemos caído para tener este modelo!) vemos el antiguo Palacio de Justicia en un monumental edificio pesante y excesivo.
También Pau Clarís, aquel penoso jurista y canónigo, presidente que fué de la Generalidad del 1638 a 1641 y que acabó ofreciendo la presidencia de la Generalidad a Luis XIII.
 queda enfrente a la izquierda y, al fondo distingo un monolito que conmemora la Exposición Universal de 1888 que España celebra en Barcelona,

cosa que anoto, ante el riesgo de que los arrebatacapas de ahora, despreciadores de la propia historia, concluyan en destruirla para evitar su vergüenza con monolito y todo. Un mapa reproducido en el suelo nos describe lo que pienso recorrer.

Entro en el parque dejando el impresionante Palacio de los Cuatro Gatos.
El Botánico, el Museo de Arqueología hasta  la entrada al Parque de las fieras y al fondo a la izquierda la Estación de Francia, puerto de nuestras inmigraciones en Cataluña desde todas las partes de España (incluso desde Benatae).
 Me dirijo decididamente al Borne, al nuevo Valle de los Caídos independentistas. ¡Cuánto delirio!
(por cierto allí dejó Bengalas su huella):

¿No habrá piedras más famosas en cualquier rincón de España que este engendro de mentiras, fatuidad y fastuosidad, más en un tiempo y lugar donde mucha gente está bajo el nivel de la pobreza y las pensiones destinan a buena parte de los ancianos a la miseria? Dejé mi mensaje en la Librería y volví a "recorrer" las callejas, pasando antes por el "Fossar de les Moreres"
 
y la equívoca mitología,
 desde Santa María del Mar hasta el Museo Picasso. Estuve en el local de nuestra progresía, El Zeleste:

Como nunca hoy, Barcelona se ha convertido no sólo y una vez más, en el lugar de acogida y encantamiento de siempre sino en el territorio comanche usurpado por unos delirantes nacionalistas y secesionistas, lejos de toda perspectiva y compromiso real en favor de sus ciudadanos...

No hay comentarios: