martes, 30 de septiembre de 2014

La democracia en manos de ignorantes y bellacos:

"El pleno de la Corporación de Vigo ha rechazado este lunes, con los votos contrarios de PP y PSOE, una moción presentada por el BNG para que no se recurriese la sentencia de un juzgado de la ciudad que obliga a la demolición de la cruz de O Castro, al considerarlo un símbolo franquista.
La portavoz del grupo nacionalista, Iolanda Veloso, ha reconocido su desconcierto por el hecho de que sea un alcalde socialista el que se niegue a acatar, sin recurrir (como se ha hecho en Vigo), una sentencia que obliga a retirar la cruz en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica (desarrollada y aprobada por un gobierno del PSOE). "Es muy sorprendente que un alcalde socialista insista en decir que es simplemente una cruz. Ya sabemos que sabe lo que es una cruz, pero parece que no entiende qué es un símbolo", ha apuntado Veloso".                 Estos desdichados de la izquierda nacionalista y extrema creen que la democracia les permite arramblar con la metafísica, la ética y la estética de todos y cada uno, desde una ignorancia supina que merecería reeducación de por vida y cárcel durante unos cuantos años. Por cierto, como a estos tiranos, también los creadores y gestores de la presunta y pretenciosa Memoria Histórica, engendro antipsicológico y promotor del culto al manismo, del odio y del resentimiento, habría que garantizarles lo propio. Lamentablemente, las revoluciones de esta gente no van más allá del disparate, la quema o destrucción de símbolos (cuando menos) y el cambio del nombre de las calles, para poder manosear con las cosas de comer, la vida y las haciendas de los ciudadanos entre el latrocinio y el despilfarro.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estos nacionalistas del BNG como todos los fanáticos que consideran que su patria chica es algo izquierdoso y suyo y por pedir lo que va contra el sentido,la ética y moral,suelen entenderse con los comunistas y con antisistemas y se arrogan unos derechos que no pueden tener hasta llegar a los delirios de Arturo Mas y a las idioteces del futbolista Geraldo Piqué.